Hace un segundo habría dejado todo por una palabra tuya. Ahora saboreo el azul y el verde a cada vuelta que doy. Huelo los aromas de hierbas que nunca identifiqué. El viento no me deja ni escuchar ni imaginar esa palabra que hubiera cambiado mi vida. Ahora ya puedo quererte u odiarte porque nunca más estaré a tu lado. Ya no importa.
No tengo tiempo de preocuparme más por ti. Sólo pienso en quitarme este trozo de la manzana del desayuno que se me ha quedado entre dos muelas antes de estrellarme contra el suelo.