-¿Por qué haces eso? Te vas a matar y te lo estás buscando.
+Y ¿por qué no voy a hacerlo si puedo? Todo se ve distinto desde aquí.
-Será precioso ver esos instantes, pero aquí los instantes duran más.
+Es maravilloso ver las cosas desde fuera. Aunque sólo sea por tan poco tiempo de cada vez.
-Mientras gastas tu tiempo en acabar con tu vida, hay otros que también quieren acabar con ella sin tu aprobación. Deberías prestarles atención.
+Sé dónde estoy, pero sé que se puede estar en otros sitios. Los que me persiguen a mí también lo hacen contigo y con todos.
-Pero tú se lo pones más fácil. Y nos pones en peligro a todos por tratar de ponerte a salvo.
+No. No me podéis poner a salvo porque ninguno se atreve a salir. Soy el único. Nadie quiere estar conmigo. Todos tienen miedo de estar cerca de mí. Salvo tú. Y sólo para enfadarte.
-No es que me enfade, es que te quiero y quiero protegerte. Si sigues así te va a ir mal. A veces vuelves sin resuello, reconócelo.
+Sí, pero cada vez lo hago mejor. Salto, me quedo en la roca y, cuando ya no puedo aguantar más sin respirar, un golpe de aleta y vuelvo. Y me encanta el calor de fuera.
-Mira, somos peces. Vivimos en el río y en él tenemos todo lo que necesitamos. No hace falta más. No tienes que cambiar algo que existe desde siempre.
+Ya… pero, ¿y si aprendo a respirar fuera? ¿Y si me salen patas?
Fue un uruguayo del que no recuerdo el nombre ni la cita exacta pero sí el concepto: la utopía siempre está en el horizonte; por mucho que vayas hacia ella, siempre estará en el horizonte, inalcanzable. Parece desalentador pero, al contrario, perseguir la utopía te hace caminar, avanzar.
No Comments on "Utopía"
You must be logged in to post a comment.