Una estrella

En verano, con tiempo y cielo despejado los niños preguntan y los padres tienen paciencia. El niño preguntó por las estrellas y el padre respondió en las nubes.

–Sí, hijo. ¿Qué estrella quieres? Sólo tienes que desearlo mucho y será tuya.-

Los deseos de los niños se diluyen entre sus sueños pero, esta vez, el sueño estaba tardando demasiado con un vecino suyo y no pudo aparecer. El niño no pudo parar de desear y desear… Al sueño no le dio tiempo. Llegó, el niño se durmió, pero ya era tarde. Al despertar, el niño se vio rodeado de llamas por todas partes. Y eso que deseó una estrella pequeñita…

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